martes, 9 de noviembre de 2010

Los Judios Los Mas Afectados Por el Odio De Hitler

Respecto de los propios judíos, fueron varios los impedimentos con los que se encontraron para planificar o idear una resistencia ante las acciones genocidas de los nazis: en primer lugar, su subestimación del peligro que estos suponían cuando Hitler llegó al poder, esto es, no reaccionaron a tiempo ante la propagación del terror;[200] en segundo lugar, el nazismo se esforzó constantemente en alentar falsas expectativas, ilusionando muchas veces a sus víctimas con la idea de que la sumisión y el trabajos podía ser causa de su salvación; en tercer lugar, que la idea misma del exterminio total resultaba más bien producto de una imaginación enferma que de un plan con alguna posibilidad de hacerse realidad; en cuarto lugar, que la aplicación sistemática de castigos terribles e indiscriminados por parte de los alemanes ante cualquier amago de rebelión ejercía un serio efecto de intimidación; en quinto lugar, que el ambiente antisemita y colaboracionista de muchos de los países europeos (sobre todo de Europa oriental) durante la guerra, hacían muy dificultosa una escapatoria a través de ellos para cualquier judío; y, en sexto lugar, que el grado de agotamiento físico y psicologíco de los judíos, en guetos, campos, etc., era de tal envergadura, que dificultaba enormemente cualquier expectativa que fuese más allá de garantizar la supervivencia del día a día.
Con todo, y a pesar de esta situación de enorme desventaja en la que se encontraron, hubo diversos casos de resistencia.
Durante los años previos a la guerra, hubo judíos que intentaron organizar grupos para hacer frente a la catarata legislativa antijudía. Destacó entre ellos el conocido como «Grupo Baum», liderado por Herbert Baum, que durante 1937 se reunió semanalmente en Berlín y que llegó a realizar sabotajes contra el nazismo.
Los judíos se sublevaron en unos veinte guetos de Europa oriental, primero el de Vilna en Lituania en enero de 1942, y luego en guetos como los de Varsovia (entre el 19 de abril y el 15 de mayo de 1943) y Bialystok y, más tarde, en diversos campos de exterminio.
Los precursores de la resistencia militante [surgieron] de la comunidad judía lituana, que fue la primera que se vio sometida a matanzas salvajes y masivas perpetradas por los alemanes con la participación entusiasta de la población popular. Fue como si comprendieran que Lituania era una especie de laboratorio experimental de la "solución final".[201]
De Vilma lograron escapar algunos combatientes judíos en el verano de 1943, tras lo cual formaron unidades partisanas para ayudar a la liberación de la ciudad.
La revuelta más conocida fue la sublevación del gueto de Varsovia, que duró casi un mes, entre el 19 de abril y el 15 de mayo de 1943 y que estuvo protagonizada por la Organización Judía Combatiente, compuesta por unos 600 miembros y dirigida por Mordechai Anielewicz, de 24 años de edad, y la Organización Militar Nacional, con 400 miembros. El gueto fue finalmente arrasado por las fuerzas alemanas, muriendo unos 15 000 judíos y siendo enviados posteriormente a campos de exterminio más de 50 000.
Asimismo, se produjeron diversas revueltas de prisioneros en los campos de exterminio, incluidos los de Auschwitz (donde se voló un horno crematorio) y Treblinka, donde en agosto de 1943 tuvo lugar una importante sublevación. El 14 de octubre se rebelaron los prisioneros de Sobibor, y dos días más tarde hubo de cerrarse el campo, tras conseguir escapar al menos un centenar de ellos.
Más allá de los campos y los guetos, muchos judíos se alistaron en los grupos de partisanos que lucharon contra los nazis en los bosques de Ucrania y Polonia, en los montes Cárpatos, en Bielorrusia y en Lituania. Especialmente conocida fue la Brigada Judía liderada por Abba Kovner y que actuó en los bosques cercanos a Vilna. Hubo también grupos resistentes en Bialystok, Kovno y Minsk.
En Europa occidental y meridional, participaron en grupos de resistencia en casi todos los países, llegando a constituir en algún momento el 15% de los resistentes en Francia.
En Alemania, a pesar de las extraordinarias limitaciones, probablemente unos dos o tres mil judíos se involucraron activamente en el movimiento antinazi clandestino alemán.
En conclusión,
aproximadamente un 10 por ciento de la comunidad judía mundial (1,6 millones sobre una población total de dieciséis millones en 1939) luchó en la guerra, incluidos los treinta y cinco mil voluntarios judíos de Palestina que formaron la Brigada Judía del ejército británico.[202]

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